Antes del descubrimiento de América, ya existía un gazpacho árabe, el "gazpacho blanco", que se hacía con unos dientes de ajo, almendras, miga de pan, vinagre, aceite, agua y sal. Tenía de guarnición manzana troceada.
Con el tiempo, ya en el siglo XVII, se le añadió tomates y pimientos. Se conserva como base el pan duro mojado en agua, el aceite de oliva, el ajo, el vinagre y la sal. El gazpacho es una muestra del mestizaje que siempre se ha vivido en Andalucía, tan acostumbrada a todo tipo de invasiones.
Existen tantas clases de gazpachos como pueblos hay en Andalucía (aguaillo de Lora, ajo caliente gaditano, gazpachuela malagueña, salmorejo cordobés, porra antequerana, etc, etc)
El mío, a mi estilo, es el siguiente: un diente de ajo, un pimiento, un kilo o kilo y medio de tomates rojos (de pera, son los más idóneos), un trozo de pan de bollo, duro, remojado en agua, aceite de oliva, vinagre de vino de Jerez y sal. Se bate todo muy bien, y se sirve en platos con guarnición de tomate, cebolla y pepino picadito, y trocitos de pan. También le añado a veces huevo duro picado.
Para el verano, fresquito, es lo más acertado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dame tu opinión, sugerencia, cómo lo harías tu...