30 abril 2013

Receta. Gazpacho con guarnición




 El origen de esta sopa fría se sitúa en Andalucía, que por tener un clima tan tórrido en verano, hace que sea necesaria una alimentación rica en sales y agua para poder realizar la recogida de la siembra. Provenía de las clases más bajas.

  Antes del descubrimiento de América, ya existía un gazpacho árabe, el "gazpacho blanco", que se hacía con unos dientes de ajo, almendras, miga de pan, vinagre, aceite, agua y sal. Tenía de guarnición manzana troceada.

  Con el tiempo, ya en el siglo XVII, se le añadió tomates y pimientos. Se conserva como base el pan duro mojado en agua, el aceite de oliva, el ajo, el vinagre y la sal. El gazpacho es una muestra del mestizaje que siempre se ha vivido en Andalucía, tan acostumbrada a todo tipo de invasiones.

  Existen tantas clases de gazpachos como pueblos hay en Andalucía (aguaillo de Lora, ajo caliente gaditano, gazpachuela malagueña, salmorejo cordobés, porra antequerana, etc, etc)

  Nutricionalmente está cargado de vitaminas, minerales y fibra. Lleva la grasa que le añadamos con el aceite, y las proteínas, que también le añadamos con la guarnición, por lo que por sí solo, es idóneo como comida saludable y puede convertirse en un plato único y completo.

  El mío, a mi estilo, es el siguiente:

  Los ingredientes:

  un diente de ajo, un pimiento, un kilo o kilo y medio de tomates rojos (de pera, son los más idóneos, porque no tienen mucho jugo, y carecen de semillas), un trozo de pan de bollo, duro, remojado en agua, aceite de oliva, vinagre de vino de Jerez y sal.

  La preparación:

  Se bate todo muy bien, y se sirve en platos con guarnición de tomate, cebolla y pepino picadito, y trocitos de pan. También le añado a veces huevo duro picado.

  Para el verano, fresquito, es lo más acertado.

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