30 julio 2010

Apuntes. Adquiriendo hábitos de alimentación saludables.



  La palabra dieta suena mucho en cualquier ámbito social y cualquier circunstancia (aún delante de un trozo de tarta de chocolate alguien dice: "mañana empiezo una dieta")

  Pero, ¿Qué significa "dieta"?  Según la definición de Wikipedia: "una dieta es la pauta que una persona sigue en el consumo habitual de alimentos".

   Hay infinidad de dietas ya que son particulares de cada persona, en función de su edad, posibles patologías, actividad realizada, etc, y están muy condicionadas por factores sociales, culturales, geográficos, económicos, etc,etc.

  Hay dietas para adelgazar, para engordar, para diabéticos, para hipertensos, para deportistas, etc.  
  Aunque popularmente la dieta se asocia erróneamente, a la práctica de restringir la cantidad de comida ingerida para conseguir o mantener un determinado peso corporal. Y esto más que dietas ,son modificaciones temporales de la alimentación, que se realizan hasta conseguir un fin. 

  Si hemos llegado a resentir nuestra salud por malos hábitos alimentarios ( kilos de más, hipertensión, colesterol, etc) en nuestra mano está el eliminar o minimizar estas patologías.

  El objetivo al que hay que aspirar es a realizar modificaciones graduales y duraderas en el tiempo, de los hábitos de alimentación, para que se conviertan en saludables.

  He aquí algunos consejos para modificar los hábitos alimentarios:

  • No preocuparse por lo que no se puede comer, sino por todas las opciones que tenemos para elegir.  Hacer los platos vistosos y variados.
  • Anteponer las verduras y frutas a la carne.  No es que no haya que comer carne, pero cuanta menos mejor, siempre que se tomen proteínas provenientes de pescados, lácteos, legumbres, soja....
  • Acostumbrarse a cocinar con poca grasa. Elegir los alimentos magros, lácteos semidesnatados (o desnatados), huir de embutidos, mantecas, natas, y usar sobre todo aceite de oliva.
  • Hacer 5 comidas al día.  Ayudan a mantener activo el metabolismo digestivo, se controlan los picos de insulina y hace que se llegue a las comidas principales con menos hambre.  Lo mejor es hacer 3 comidas más importantes (desayuno, comida y cena) y 2 tentempié entre medio de cada una de ellas (almuerzo y merienda).
  • Considerar el agua como bebida principal. Eliminar refrescos, zumos envasados y alcohol, que lo único que nos aportan son calorías vacías, azúcar, colorantes, conservantes.... que afectan a nuestro organismo.
  • Usar de forma prioritaria métodos de cocción para evitar las grasas, como cocinar a la plancha, al horno, al vapor (el mejor método para conservas todos las propiedades de las verduras, incluso carnes y pescados), incluso al microondas.  Hacer de las frituras algo excepcional. Un gran error es de disponer de freidora, ya que nos predispone a su uso, por no hablar de la toxicidad de los aceites (aunque sean de oliva) que se va incrementando con los sucesivos usos (al alcanzar temperaturas elevadas). No se debería usar el mismo aceite más de unas pocas veces.
  • Leer las etiquetas. Comparar composiciones, buscar los aditivos, conservantes, etc, saber que tipo de grasas tiene un alimento. Buscar que especifique si es aceite de oliva, girasol.  Rechazar los productos con grasas trans (no asimilables por el cuerpo, por lo que toda la que tomemos, el cuerpo no sabe "gastarlas" y las acumula) y evitar en lo posible los alimentos con grasas saturadas de origen animal o de aceite de palma o coco.
  • Comer ensaladas no es sinónimo de comer sano. Podemos ir a un restaurante de comida rápida y pedir ensalada "que es mas sana", y no nos damos cuenta que viene acompañada de bacon, pollo frito, salsa a base de nata, etc, etc...  Vigilar qué ingredientes componen los "platos sanos" que nos sirven cuando comemos fuera de casa.

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