Teniendo en cuenta unas pocas recomendaciones nutricionales, y siguiendo unas cuantas pautas alimentarias, podemos ser capaces de mejorar la forma en la que nos alimentamos, algo que redundará directamente en nuestra salud, a corto, medio y largo plazo.
- Comer los alimentos adecuados según las necesidades calóricas de cada persona. Limitando el consumo de grasas saturadas, colesterol, azúcar, sal y alcohol.
- Controlar el peso. Para mantener el peso adecuado es necesario equilibrar el gasto y la ingestión de alimentos y bebidas. Para prevenir el aumento de peso con el tiempo, hay que disminuir ligeramente el consumo de calorías y aumentar la actividad física.
Realizar la actividad física adecuada. La actividad física debe incluir una mejora cardiovascular, estiramientos y ejercicios de resistencia. Los jóvenes deben realizar 60 minutos de actividad casi a diario. Con sólo 30 minutos diarios se reduce eficazmente el riesgo de enfermedades crónicas.
- Mejorar el consumo de ciertos grupos de alimentos. Consumir pescado al menos 2 veces por semana, teniendo en cuenta el pescado azul. Consumir diariamente 5 raciones de verduras y frutas, los más variadas posibles. Elegir productos elaborados con cereales integrales. Tomar 2-3 raciones de lácteos (desnatados o semidesnatados) al día. Consumir legumbres 1-2 veces por semana. mínimo.
- Consumir grasas adecuadamente. Prestar atención al consumo de colesterol (menos de 300 mg/día). Reducir al máximo las grasas trans. Usar aceite de oliva. Elegir carnes, aves, lácteos... bajos en grasas (magros).
- Consumir hidratos de carbono, de forma adecuada. Elegir alimentos ricos en fibras: frutas, verduras y frutos secos. Elegir alimentos con poca azúcar (añadir en todo caso edulcorante). Consumir menos alimentos azucarados y con almidón para prevenir las caries.
- Prestar atención al consumo de sal. Consumir como máximo una cucharadita al día. Preparar alimentos con poca sal y vigilar el consumo de conservas.
- Consumir alcohol de forma moderada (2 bebidas al día para los hombres, y una para las mujeres),o mejor no consumirlo.
- Higiene alimentaria. Lavar las manos, superficies de trabajo, verduras y frutas. Separar los alimentos adecuadamente. Refrigerar los alimentos perecederos lo antes posible.
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