Me he encontrado un artículo muy interesante en un periódico, y realmente me ha hecho reflexionar sobre lo que es una buena relación con la comida y los perjuicios que ello conlleva si no es así.
El artículo habla de la dieta gourmet , y más que hablar de una dieta concreta, lo importante es la explicación que da y de cómo debemos rodear uno de los placeres de la vida, el comer, con el decorado que se merece.
Realmente la clave para combatir las subidas y bajadas de peso, de las personas con sobrepeso u obesidad que están toda la vida haciendo dietas, es la relación que se tiene con la comida. Considerar el hecho de comer como un "premio-castigo" es lo que nos lleva a devorar o sufrir ayunos extraños que nos ponemos a nosotros mismos.
Al igual que para leer un buen libro nos gusta buscar un lugar cómodo, tranquilo, sin mucho ruido, con buena luz, y con tiempo suficiente para dejarnos llevar por él, lo mismo ocurre con otras cosas que nos proporcionan placer. Claro que podemos leer ese libro en los viajes de ida y vuelta en el autobús, con el traqueteo, el ruido de la gente, y la mala postura, pero debemos reconocer que no nos va "a gustar" de la misma forma (yo, seguro que ni me enteraba de parte de la trama...)
Uno se puede quitar el hambre comiendo un bocadillo de chorizo mientras anda por la calle camino de clase, o un trozo de pizza delante del ordenador, terminando el informe que hay que entregar mañana, pero eso exactamente eso, quitarse el hambre, no es COMER ni desde luego nutrirse (que es la razón biológica fundamental por la que comemos, y nuestro cuerpo nos pide algo que llevarnos a la boca...). No somos conscientes de las cantidades que mentemos en nuestro cuerpo, ni del sabor casi, y eso que nos hace perder el control, es lo que nos hace subir los kilos.
Volver la mirada hacia nosotros mismos, a buscar lo que nos "place", a tratar de concedérnoslo .. Y ahí no dejamos atrás ni un baño relajante, o escuchar la música que nos gusta o echar una tarde de café con tu amiga del alma. Y al hilo de esto, porque no, buscar el rato para ir a comprar alimentos frescos, imaginando qué podemos hacer con ellos. Compartir un rato de charla con nuestra pareja mientras disfrutamos cocinando algo "espectacular" y si mientras tanto se comparten tablas y cuchillos, risas y convesación, uno de los grandes placeres...
No echar la comida en el plato en plan rancho de cuartel, sino con amor, delicadeza y en su justa proporción, y combinar un poco de esto, con una pizca de aquello, para disfrutar con los sabores, los colores, y sobre todo, para hacer disfrutar a los que comparten tu vida. Al menos para mi es asi (y eso no quita que haya días con prisas de ensalada única o plancha de calabacines y pechuga de pollo...)
Para mi, este artículo, me ha impactado, porque me ha hecho darme cuenta que tenemos que volver más a menudo la vista hacia nosotros, a nuestro interior, a nuestro cuerpo, a nuestro alrededor y mimarnos y ofrecernos a nosotros mismos lo mejor que podamos. Y si cuidamos nuestra forma de comer de esa manera, no vamos a darnos "porquerías", igual que no se la dariamos a nuestros hijos o parejas.
A querernos más y darnos lo mejor, y si es con la comida y el sentirnos bien haciendo ejercicio o moviendonos, nos vamos a regalar sobre todo AUTOESTIMA, que al final, y todos lo sabemos, es lo que nos hace ver la vida de un color u otro, y poner el listón de nuestros logros más arriba o más abajo.
Mucho ánimo para seguir siendo conscientes de esta forma de vida.
PD: Esta entrada va dedicada a las compis que comparten, soportan y luchan por conseguir esto mismo, día a día. Ellas saben quienes son.
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